De forma habitual asociamos la oscuridad con la tristeza. Pero, ¿cómo afecta realmente la falta de luz en nuestras vidas? ¿Cómo afecta a nuestra salud una mala iluminación en el hogar?


Es importante hacer una diferenciación entre los perjuicios que tiene para nuestro organismo la carencia en cualquier tipo de iluminación y los perjuicios de no percibir la suficiente luz natural.

En general, una iluminación inadecuada puede originar fatiga ocular, cansancio, dolor de cabeza, estrés y accidentes domésticos, además del evidente daño en la vista que provoca la realización de labores con poca luz. Asimismo, una iluminación incorrecta puede ser causa de posturas inadecuadas que generan, a la larga, padecimientos musculares.

Todas nuestras funciones vitales sufren una regulación diferencial según el momento del día en que nos encontremos. Esta regulación se lleva a cabo de manera cíclica jornada tras jornada y se denomina ritmos circadianos.

Mediante los ritmos circadianos el cuerpo vierte al torrente sanguíneo una serie de sustancias que fomentan la actividad durante el día y el descanso durante la noche. La duración y el momento de inicio y fin de estos ciclos lo determinan las horas de luz natural. La alteración en la secuencia u orden de estos ritmos tiene un efecto negativo a corto plazo.

Muchos viajeros han experimentado el jet lag, con sus síntomas de fatiga, desorientación e insomnio. Además, algunos desórdenes psiquiátricos y neurológicos y algunos trastornos del sueño, se asocian a funcionamientos irregulares de los ritmos circadianos en general.

Sabiendo que la luz solar es la que regula la actividad de muchas de las funciones vitales de nuestro organismo podemos apreciar la gran importancia que tiene en nuestras vidas una buena iluminación.

Teniendo en cuenta que pasamos gran parte de nuestra vida en el hogar es importante resaltar que la manera y la intensidad con la que la luz natural penetra en nuestras viviendas es de vital importancia.

La alteración de los ritmos circadianos a largo plazo podría tener consecuencias adversas en múltiples sistemas, particularmente en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.

Si queremos una vida más saludable, una buena iluminación ha de tener un papel fundamental en la planificación de nuestra vivienda, de manera que seamos capaces de obtener el máximo rendimiento a las horas de sol, aprovechando al máximo la luz natural, de percibir la luz necesaria a través de las ventanas para realizar todo tipo de tareas cuando se cierne la noche y por supuesto de poner totalmente a oscuras nuestro hogar si así lo deseamos.

En esa planificación de nuestra vivienda es importante que tengas en cuenta el tipo de habitación y cuál es la manera óptima de iluminarla. Elementos como las lámparas también deben tener una atención especial, así como las cortinas, que influyen más de lo que pensamos en el paso de la luz a nuestra casa

Fuente: Vivienda Saludable